Análisis de las Meninas



Capítulo primero del libro Las Palabras y las Cosas
Una arqueología de las ciencias humanas
de MICHEL FOUCAULT
Análisis: Jaime Sánchez
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Maestría en Antropología Visual y Documental Antropológico

Foucault utiliza “Las Meninas”, como punto de partida de su libro Las palabras y las cosas, realiza un análisis composicional en un primer momento, que simplemente le sirve de pretexto para centrarse en una discusión sobre lo real y lo verdadero ( la verdad) que van a estar ligados con la idea de lo visible y lo invisible que a la vez rigen sobre otros tres ejes principales:

La doble representación
El poder
El espectador

1. La doble representación Para tener una entrada más clara a esta doble representación propuesta por Velázquez en su obra, debemos seguir una serie de pistas que arman la representación misma, entendiéndola como la primera representación, la verdadera: Según Foucault, hay que partir de un triangulo virtual que resume esta doble representación, la mirada del pintor, la representación real del artista, parado a lado de su cuadro mirando hacia el modelo que no se encuentra representado, es invisible, que se convertiría en el vértice o punta de este triángulo, y por último el cuadro, pero el cuadro representado dentro del cuadro verdadero de Velázquez, que está dado la vuelta mostrándonos solo la parte posterior del cuadro representado y el caballete que lo sostiene, y es aquí donde se podría encontrar la segunda representación “la invisible” por que solo el pintor representado en el cuadro “real” está en posición de observar su obra.

El resto de elementos y personajes representados son parte de la representación visible de la obra: La infanta Margarita, las meninas, los cortesanos, los enanos, los cuadros y el espejo que están en el fondo de la pared, los cuadros que solo se puede ver su marco porque la perspectiva no nos permite más, el perro, el personaje que aparece en la parte posterior y el estudio del pintor, pero todos estos elementos son visibles gracias a otro elemento que hace posible esta visibilidad, la luz, que entra desde una ventana que no es visible que está en el extremo inferior derecho del cuadro y que a la vez nos marca el camino del recorrido visual, esta misma luz ilumina el espacio “irreal”, el del modelo, que también hace posible la doble representación, la que se refleja en el espejo, en donde aparecen los “verdaderos” representados, El rey Felipe IV y su esposa Mariana de Austria, pero que a la vez son invisibles excepto para los realmente representados, los que se encuentran presenciado la escena en el taller del artista. Pero es este espejo (que se encuentra junto a otros cuadros representados dentro de la representación pero que se tornan invisibles por la oscuridad o por la perspectiva) la única representación visible pero que nadie la ve, el espejo entonces deja ver más allá de la representación.

2. El Poder: Velázquez rinde tributo a Felipe IV representándolo doblemente, como ya he analizado, sin realizar una representación real de los reyes, que se convertiría en un cuadro con mucho menos contenido (simbólico) y de menor importancia, luego podemos encontrar una metáfora del poder dentro de la representación; de los ocho espectadores sin contar al pintor, cinco miran con respeto hacia la escena que está frente a ellos, “la invisible”, la imagen que impone obediencia pero no se la ve, al poder lo podemos definir de una forma parecida, también hay que tomar en cuenta que Velásquez sitúa a las representaciones con mayor jerarquía en el centro de la composición, y por último el hecho mismo de esta representación que se produce en el espejo, de que sean visibles (los reyes) solo por el hecho físico del reflejo, se convertiría en un tributo adicional, citando a Esteban Ierardo“Cada imagen reflejada en el espejo es estilísticamente superior a la anterior”.

3. El espectador: El espectador es por fin, el última protagonista de esta doble representación, ya que se encuentra en el lugar mismo del modelo a ser representado, cumple una función parecida a la del espejo, observa la escena que esta delante de él y a la vez es observado por la representación, como dice Foucault, entra en un diálogo infinito con la representación. Esta presencia del espectador, explica el por qué?, del análisis que realiza Foucault a “Las Meninas” como punto de partida de su tratado sobre las ciencias humanas, porque tanto en el texto, como en el cuadro el objeto de estudio en el primero y de representación en el segundo es el ser humano

10 comentarios:

Anónimo dijo...

es muy buena y consiza este análisis de las meninas de foucault que realiza jaime.

Anónimo dijo...

Gracias por tu análisis... Me facilito muchisimo entender lo que Foucault quiere decir en su texto.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, tu síntesis me ayudó a comprender el capítulos de Las Meninas.

Anónimo dijo...

Gracias por esta detallada explicación de Foucault.

Anónimo dijo...

Gracias!

Anónimo dijo...

pues es bueno pero aun sigo sin entender algunas cosas!!

Anónimo dijo...

Una atenta petición: ¿podría ampliar su comentario sobre Las Meninas señalando una posible correspondencia con la Alegoría de la Caverna de Platón? Mil gracias. Patricia Vargas

Pony dijo...

buen análisis, me podrías ayudar con mas información. Gracias.

Unknown dijo...

Muy buen análisis.

Unknown dijo...

Hola, muy interesante el análisis sobre esta obra de Velásquez. Me interesa la parte compositiva en pinturas de nuestro medio, especialmente en obras coloniales pero adolezco de bibliografía sobre este tema, talvés me puedes ayudar en este sentido?